Muchas gracias por leer :)
El viaje le había llevado menos de veinte minutos.
-¿Te veré mañana?-quise saber.
-Sí-me sonrió-Te reservaré un asiento para almorzar.
Después de todo lo ocurrido era una tontería que esa pequeña promesa me causara tal excitación y me impidiera decir algo.
Estábamos en frente de casa de mi tía. Las luces estaban encendidas y mi coche en su sitio. Todo parecía absolutamente normal. Era como despertar de un sueño. Paró el coche, pero no me moví.
-¿Me prometes estar ahí mañana?
-Lo prometo.
Pensé la respuesta durante unos instantes y asentí con la cabeza. Me quité la cazadora después de olerla por última vez.
-Te la puedes quedar... No tienes ninguna para mañana-Me recordó.
Se la devolví.
-No quiero explicárselo a mi tía.
-Ah, de acuerdo.
Esbozó una amplia sonrisa. Abrí la puerta del coche.
-Nos vemos mañana-Suspiró, y supe que quería que saliera del coche.
-Entonces, hasta mañana.-Salí y comencé a caminar.
-¿Marta?
Me dí la vuelta mientras se inclinaba hacia mí, por lo que tuve su espléndido rostro a unos centímetros del mio. Mi corazón se detuvo.
-Que duermas bien-Dijo.
Su aliento rozó mi cara. Era ese mismo aroma que salía de la cazadora, pero más concentrado. Parpadee. David se alejó. Fui incapaz de moverme hasta que se me despejó un poco la mente. Entonces tuve que apoyarme en el marco de la puerta. Creí oírle soltar una risita, pero fue demasiado bajo como para confirmar que fuera cierto. Me volví a ver el coche negro desapareciendo detrás de la esquina. Me dí cuenta de que hacía mucho frío.
Tomé la llave, abrí la puerta y entré.
Ángela me llamó desde el cuarto de estar.
-¿Marta?
-Si, tía, soy yo.-Me acerque, estaba viendo un partido de baloncesto.
-Has vuelto pronto.
-¿Si?-Estaba sorprendida.
-Aún no son ni las ocho.-Me dijo- ¿Os habéis divertido?
-Si, nos lo hemos pasado muy bien.-La cabeza me dio vueltas al intentar recordar todo el asunto del golpe de David, pero dos días mas tarde ya estaba en casa.
-¿Te encuentras bien?
-Solo estoy cansada, he caminado mucho.
-Bueno, quizá deberías acostarte ya.
Parecía preocupada. Me pregunte que aspecto tendría mi cara.
-Antes tengo que llamar a Paula.
- Pero ¿No acabas de estar con ella?-Preguntó sorprendida.
-Si, pero me deje la cazadora en su coche. Y le voy a decir que me la traiga mañana.
-Bueno, al menos dale tiempo de llegar a casa.
Fui a la cocina y caí exhausta en una silla. Entonces empecé a marearme de verdad. «Contrólate», me dije.
El móvil comenzó a sonar, me gire y descolgué.
- ¿Diga?- Pregunté entrecortadamente.
- ¿Marta?
- Hola, Paula. Ahora te iba a llamar.
-¿Estás en casa?- Su voz reflejaba sorpresa y alivio.
- Sí. Me dejé la cazadora en tu coche. ¿Me la puedes traer mañana?
-Claro, pero ¡Dime que ha pasado!- Exigió.
-Eh, mañana, en el partido, ¿Vale?
Lo pilló al vuelo.
-Ah, tu tía está ahí ¿No?
- Si, exacto.
-De acuerdo. En ese caso mañana hablamos-Note algo de impaciencia en su voz- Adiós.
-Adiós, Paula.
Subí lentamente las escaleras mientras se me nublaba la mente. Me prepare para irme a la cama sin prestar atención a lo que hacia. No me entere se que estaba helada hasta que me metí en la ducha, con el agua- Demasiado caliente- dije quejándome. Tirite durante unos segundos, después el chorro agua me relajó.
Salí a trompicones y me envolví con una toalla para conservar el calor del agua. Rápidamente me puse el pijama. Me acurruqué debajo de las sábanas. La cabeza me seguía dando vueltas, el sonido del móvil me sacó de mis pensamientos.
me encanta la novela cuando subas mas cap avisame porfavor mi twitter es @claudiapastelit grasiass bss
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ResponderEliminarGracias, ya te sigo :)
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